lunes, 31 de mayo de 2010

El camino a la cima


Hace un par de domingos varios componentes de Infocenter nos decidimos a subir una cima del Pirineo aprovechando que por fin el sol lucía en nuestros cielos. La ascensión prometía ser fácil siguiendo las indicaciones que habíamos recogido.


Al comenzar la ascensión nos dimos cuenta de un problema imprevisto. La nieve caída unas semanas antes todavía no se había marchado del todo, quedando neveros en medio del camino que junto al barro producido por el deshielo en otras zonas convertían algunos trozos del camino en bastante impracticables e incluso algo peligrosos.


Por supuesto surgieron las dudas: ¿qué camino tomamos? ¿el seguro o el arriesgado? ¿buscamos nuevas vías? ¿volvemos atrás y lo intentamos otro día?.

Finalmente tomamos la decisión de intentarlo y lo conseguimos, con algún resbalón que otro. En la cima pudimos disfrutar de un buen almuerzo con una panorámica de los Pirineos nevados que bien compensaba el esfuerzo.


De regreso comentábamos la similitud de la experiencia con la vida profesional. Seguramente si hubiéramos sabido leer la señal de la nevada de quince días antes, habríamos sabido que el camino no iba a ser tan fácil, y por tanto nuestra previsión en cuanto a recursos y esfuerzos necesarios habría sido mejor, haciendo así la ascensión más fácil.


Es verdad que la cima siempre está ahí, pero habitualmente hay varios caminos, más fáciles y difíciles, pero la elección de los mismos no depende sólo de nuestras ganas o capacidades, si no también de las circunstancias, por lo que hay que estar preparados.

El esfuerzo finalmente siempre merece la pena, pero un sistema de alertas que nos indique cómo de practicable estará el camino seguro que nos facilitará el mismo.

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